Descárgate los guiones de la primera y la segunda versión del episodio en un documento PDF haciendo clic en los siguientes enlaces:
Episodio 42. El veganismo y sus razones éticas.pdf
Episodio 42.2. El veganismo y sus razones éticas.pdf
Bienvenida y presentación
Te doy la bienvenida al Podcast Vida en Salud, el podcast que te inspira a llevar una forma de vida saludable. Esta propuesta es mi iniciativa y yo soy Diana Valeria.
Declaración de intenciones
En este podcast nos proponemos aumentar la conciencia de que la salud es una responsabilidad personal. Porque únicamente tú eres responsable de tu salud, nadie más. Y te ofrecemos información, conocimiento e inspiración que te pueden ayudar a tener seguridad para poder aceptar y tomar esta responsabilidad.
Entendemos la salud desde un punto de vista muy amplio y hablamos de los muchos aspectos que afectan a la vida y que demasiadas pocas veces se vinculan con la salud.
Introducción
Quería hacer una revisión al veganismo y hablar de los pros y contras que yo le veo a una dieta que está basada completamente en vegetales.
Y en un principio he grabado un audio que tal vez ya has oído en que enfocaba esto.
Pero he recibido la crítica de una vegana que me indicaba la falta de rigurosidad en mi planteamiento. Después de atender a sus razonamientos, he de reconocer que me he hecho un lío de conceptos y he mezclado el veganismo, con la dieta vegetariana. Así que he decidido volver a grabar el episodio corrigiendo el error por tal de que no añadir más desinformación y confusión a la que ya hay en la red.
Que además precisamente el propósito de este podcast es más bien lo contrario. Así que pido disculpas por mi error y te animo a escuchar este episodio que es la corrección de sí mismo.
Y quiero dar las gracias a Carlota Muncunill, que me ha señalado el error que he cometido. Gracias a ella puedo estar hoy corrigiéndome.
Contenido
Sigo diciendo que cada persona es un mundo, más que un mundo todo un universo de diversidades. Así que puedo hablar de algunos aspectos de la realidad de algunas personas, pero no puedo hablar siempre de todas las realidades de todas las personas.
Si lo que digo resuena en ti, aprovéchalo y yo seré feliz de poder aportarte claridad. Si no es así, si no te reconoces en lo que describo, claramente es que no estoy hablando de ti ( :
La fruta nuestro alimento ideal original, que ya no lo es
Y quiero volver a aclarar que de verdad estoy convencida de que no existe una sola dieta que sea buena o ideal para todos los seres de nuestra especie, ni siquiera las frutas, aunque seguramente son el alimento más adecuado a la fisiología natural de nuestro cuerpo.
¿Por qué considero la fruta lo más cercano a nuestro “alimento ideal”? (y no te quedes aquí por favor sigue leyendo)
Pues porque su composición nutricional es muy, muy, muy parecida a la leche materna humana. Y esta leche es el nutriente exclusivamente generado por la madre para el ser humano en la etapa de formación y crecimiento en que va a tener la mayor exigencia nutricional de toda su vida.
Si para estar bien nutrido en la etapa más exigente de su vida, el ser humano necesita solamente micronutrientes, ¿crees que necesitará una nutrición más fuerte o más intensa o más completa en etapas posteriores?
Yo creo que no.
Y creo que nuestro alimento “ideal” es la fruta porque solo nos aporta micronutrientes y además en las proporciones en que los necesitamos. O al menos es el alimento ideal del cuerpo humano tal y como fue concebido por la naturaleza, por Dios, por el Big Bang, por la generación espontánea o por lo que quieras decir que nos creó.
Entonces las razones que di en el episodio 40 me llevan a pensar que nuestro cuerpo ya no es ese cuerpo. Tal como ha estado evolucionando el ecosistema terrestre, la cantidad de tóxicos y elementos desnaturalizados que hemos generado y con los que entramos en contacto, han transformado nuestro cuerpo.
Y estoy convencida de que nosotros, con nuestro cuerpo transformado por sustancias desnaturalizadas, no podemos alimentarnos exclusivamente de fruta.
De hecho, todas las personas que tengo en conocimiento que lo han llevado a cabo han acabado teniendo bastantes problemas de salud y /o vitalidad y algunos al final han cambiado su dieta.
Pero de el papel de la fruta en nuestra dieta, ya hablaré más en profundidad en otro episodio, hoy quiero hablar del veganismo en general.
¿Qué es el veganismo?
El veganismo es una forma de vida que excluye completamente el uso de cualquier producto que provenga directamente de la explotación animal.
Los veganos no usan prendas ni calzado ni otros complementos de piel. Tampoco usan cosméticos experimentados sobre animales.
En realidad la forma de alimentación dentro del veganismo proviene de la postura ética de no participar en ningunos de los eslabones del maltrato a los animales.
Por eso implica una dieta que excluye por completo los productos de granja. No hay carne, no hay huevos, no hay leches ni derivados, no hay miel. Es una dieta puramente vegetariana.
¿Porqué nos “hacemos veganos”?
Pues básicamente por eso, porque no queremos participar en la explotación de los animales. Explotación que siempre conlleva sufrimiento.
Entonces el veganismo es una postura ética frente a la vida. Una postura que promueve el respeto a la vida y a la libertad.
Y me parece muy bien, porque tal como se lleva a cabo la ganadería resulta ser una industria que comercia con la muerte.
La vida de los animales destinados al consumo es demasiado infame. Son tratados de forma terrorífica.
Tanto que resulta casi increíble que no sea considerado un delito.
Es una forma de proceder, de relacionarse con un ser vivo que promueve el espíritu más psicopático que cabe en el comportamiento de un ser humano..
Osea la actitud del veganismo me encanta, creo que alimentar esta forma de tratamiento a cualquier ser vivo, es un error demasiado grande y que afecta a tantas áreas de la existencia que no va a poder ser subsanado con facilidad.
Pero aún así, gustándome como me gusta este principio reivindicativo, le veo alguna incoherencia a la práctica. De esto es de lo que quiero hablar hoy, de las incoherencias .
¿Y porqué quiero enfocarme en las incoherencias?
Pues porque solo mediante el cuestionamiento de lo que ya está establecido podemos evolucionar y mejorar. Entonces en esta publicación me gustaría iniciar un debate que nos lleve a profundizar sobre las bases de nuestras formas de actuar.
La dieta vegetariana estricta que requiere el ser vegano
Obviamente, si no vamos a participar en ninguna actividad que suponga explotación animal, no vamos a comer ninguno de los productos que provienen de animales que crecen en granjas.
Entonces tendremos que alimentarnos exclusivamente de productos del reino vegetal ¿verdad?
Esto está bien porque si no alimentamos la actividad ganadera, además de evitar el sufrimiento de los animales, no vamos a promover el dañar el ecosistema con los gases desechos altamente tóxicos que se producen como consecuencia de la explotación ganadera masiva e industrializada.
Hablo de ésto más en profundidad en el episodio 24 dedicado a la ganadería industrial.
El ecosistema es el hábitat de los animales, nosotros entre ellos. Así que si no dañamos el ecosistema estamos además respetando el lugar en que idealmente se desarrolla la vida de los animales (repito: también nosotros somos animales que nos beneficiamos de ello).
Pero no es solo eso, porque la agricultura tiene sus peligros en sí misma.
Porque para tener huertos nos hemos visto obligados a desforestar desde muy antiguo los terrenos que contenían bosques frondosos.
Se dice que en la edad media una ardilla podía cruzar la península Ibérica de Norte a Sur y de Este a Oeste sin necesidad de tocar el suelo.
El aspecto que tiene ahora es muy diferente. Una ardilla tendría que volar no pocos metros para hacer tal proeza.
Y esto es así porque para construir huertos de monocultivos que soporten la altísima cantidad de cereales y legumbres que consumimos en las sociedades primermundistas son necesarias grandes extensiones de terreno.
Las personas consumimos muchos cereales y legumbres y las dietas vegetarianas contienen estos productos en mayor cantidad que cualquier otra. Pero no solo los usamos para comer. Los usamos para muchas otras cosas y la mayor parte de la brutal cantidad de cereales y legumbres que se consumen en nuestra sociedad están destinados a los piensos para animales. De granja y domésticos, las mascotas.
Si nuestro consumo es exclusivamente vegetariano, nos ahorramos cultivar la mayor parte de los cereales que son necesarios para mantener nuestro modo de vida.
La agricultura en monocultivos es algo difícilmente sostenible. La naturaleza no actúa así en sus ciclos de auto-mantenimiento.
La naturaleza genera una amplia diversidad que mantiene el equilibrio en los sistemas.
Hace brotar juntas plantas que se complementan y se ayudan en una relación simbiótica: una relación en que los desechos de una son el alimento de la otra. En que una planta atrae un tipo de parásitos que son alimento para los parásitos que atrae su compañera. Y así forman una especie de “barrera defensiva” en que unas y otras se dan el apoyo necesario para sostener un equilibrio que sea bueno para todas.
De hecho la permacultura contempla los cultivos basados en plantas compañeras para acercarse a la perfección de las dinámicas naturales.
Un campo en que solamente crecen espigas de trigo (por ejemplo), atraerá un número impresionante de depredadores de esta planta (como la famosa plaga de la langosta en el antiguo Egipto, que nos dijeron había sido obra de Dios). Una sola especie, de forma natural se ve indefensa. .
Y los recursos que se destinan a paliar este problema suelen ser químicos que alteran el equilibrio del ecosistema también, y aunque sean químicos naturales también desestabilizan el equilibrio del sistema natural, claro está que menos que los químicos de síntesis, o de forma menos dañina.
Esta forma de cultivo intensivo, produce además una sobre-explotación del terreno que genera una alta degradación del suelo dejándolo desnutrido y sin vida. Inválido para sostener el crecimiento de las plantas y conduciendonos paulatinamente y con paso firme hacia la desertización.
Y la desforestación que comporta esta forma de cultivo, que es la que se utiliza para abastecernos de la mayoría de los vegetales que consumimos de forma masiva, implica la destrucción del hábitat de muchas especies animales que sufren el deterioro del entorno que las acoge de forma natural hasta la misma muerte, y no solo de alguno de los individuos, si no que hasta la desaparición de la especie entera.
Y el problema con el cultivo de los cereales y legumbres es que si se quieren aprovechar en la cantidad que los estamos consumiendo, no se pueden cultivar en diversidad como la naturaleza lo haría por sí misma, no.
Entonces lo que veo que está pasando es que de esto no se habla.
Quienes se hacen veganos no suelen profundizar en esto. Normalmente con no comer animales ni sus derivados ya es suficiente y no miran más allá.
Tal vez una postura vegana estricta debería incluir abiertamente el cuidado de la procedencia de los vegetales que se consumen.
Porque participas menos del maltrato animal si consumes vegetales provenientes de proyectos permaculturales, que cuidan mucho la cohabitación de las especies y con ello mantienen los ecosistemas vivos que necesitan todas ellas.
Participas menos del maltrato animal si limitas estratégicamente el consumo de cereales y legumbres (sobre esto profundizaré en un próximo episodio).
Y por supuesto, participas mucho menos del maltrato animal si no consumes alimentos procesados, de ningún tipo. Osea, si no pisas el supermercado y todo lo que consumes procede de los productores locales.
Todas las especies animales merecen una vida digna, no sólo merecen vivir las especies que hemos adoptado nosotros ¿no?
El sistema natural me despierta un profundo amor. La vida que se genera en la tierra me tiene fascinada.
La creatividad y la impecabilidad de los mecanismos que tiene la naturaleza para crear, regenerar y mantener la vida son algo tan perfecto, tan sostenible,. ¡Hay tanto que aprender ahí!
No me gusta la idea de estar interfiriendo negativamente en sus dinámicas, no.
En cambio he de señalar que el pastoreo que se practicaba en las comunidades rurales anteriores a la imposición de la industrialización, está altamente integrado en las dinámicas del sistema terrestre y siempre ha sido un factor clave en el equilibrio sistémico, la vida del suelo y la presencia de diversidad.
La forma de vida rural de entonces llevaba a los animales y a los hombres a convivir en armonía, entre ellos y con la tierra. Todos hacían un servicio a todos y la vida en servicio era plena para todos.
Me planteo que tal vez, y aunque no lo parezca, sea mucho más respetuoso con los animales y con su hábitat natural consumir productos de animales cuidados de este modo, que consumir cereales y legumbres u otros vegetales que no procedan de huertos alta y naturalmente sostenibles.
Por supuesto que alimentarnos de forma sostenible, como hacían nuestros bisabuelos o tatarabuelos, implica el consumo de una muchísimo menor cantidad de carne, huevos, leche, etc.
De forma natural es imposible sobrellevar una dieta que lleva productos animales en todos los platos de todas las comidas del día.
En fín! Cuéntame tus impresiones, tu experiencia personal, tus motivaciones en esta área. Ya sabes que me gusta mucho saber de tí.
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Enlaces
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Conclusión
Tal vez hemos de ampliar la mirada para valorar con suficiente perspectiva nuestros argumentos.
Agradecimientos
Muchas gracias por escucharme. Gracias por participar. Gracias por tus comentarios y sugerencias. Gracias por estar dándole sentido a Vida en Salud.
Gracias también a Kitflus la cesión de las melodías del programa.
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Despedida
Que pases muy buenos días y excelentes noches. Hasta la próxima.