
Introducción
El día de muertos se celebra en México como en ningún otro lugar del mundo.
Para contagiarnos del espíritu que mueve a los mexicanos a celebrar esta fiessta con tanto boato e intensidad, le he pedido a mi amiga Mariela Loubet que nos explique cómo ha vivido estos días en su México natal.
Bienvenida y presentación
Te doy la bienvenida al Podcast Vida en Salud, el podcast que te inspira a llevar una vida saludable.
Esta propuesta es mi iniciativa y yo soy Diana Valeria.
Declaración de intenciones
Nosotros pensamos que tú eres la persona más adecuada para cuidar de tu cuerpo y de tu vida, que nadie más que tú es responsable de tu salud.
Y por esto hemos decidido ofrecerte información, conocimiento e inspiración que te ayuden a tener la capacidad de tomar las decisiones más acertadas sobre tu salud y la de los tuyos.
Entendemos la salud desde un punto de vista muy amplio. Así que no te extrañe encontrar por aquí información sobre los muchos aspectos que afectan a la vida y que no se suelen vincular con la salud, aunque, para nosotros, sí que lo están.
Dos días de celebración
Muchas veces se olvida pero este día en particular… o estos días, porque es el 1 y el 2 de noviembre, nos recuerdan que lo importante es vivir.
¡Porque de todos modos nos vamos a morir!
Hasta hay un dicho que dice: para qué te tomas la vida tan en serio, si de todos modos nos vamos a morir.
Es una tradición muy especial porque a pesar de que se le llama día de muertos, para mí es una tradición pagana que combina toda la tradición del mundo prehispánico y luego la tradición más occidental.
Y realmente es una fiesta la vida.
Entonces ya sea en altares…
Un altar…
Los altares
Bueno hay altares caseros y altares ya más sofisticados, que se ponen en los museos… más profesionales.
El papel picado es una de las cosas que adorna especialmente los altares. Es un papel de diferentes colores, con diferentes motivos propios de artistas que han dibujado en grabado la muerte, como Guadalupe Posada.
El papel picado son papeles de colores hechos de papel de seda que se llama aquí, al menos en Cataluña, es un papel muy finito semitransparente muy ligero y los dibujos no son dibujados, son recortados, como agujereados, el dibujo está hecho con un agujero en el papel.
Los motivos son los orificios que se crean en el papel como una especie de encaje en lo que vendría a ser el textil y en el caso del papel es un encaje con un motivo alegórico a la muerte y que lo hace también muy volátil.
Se suspende uno al lado del otro a través de un hilito que podría también significar este hilo conductor entre la vida y la muerte.
Unos colores intensisimos, preciosos, llenos de vida. El rosa mexicano, el magenta, índigo, verde, naranja, rojo, amarillo.
Colores muy vitales al final.
Toda esta conjunción de color es muy vital.
Y el altar lleva también el elemento sal y lleva velas de colores, velas largas, otras más bajitas. Muchas velas, caminos enteros.
Esto en el cementerio se ve clarísimo, es un camino de velas.
Y, si tienes la oportunidad de ver una vista aérea, por ejemplo en el cementerio de de Pátzcuaro, es increíble. Porque son como lucecitas alrededor de la montaña, que vendría siendo como que el copal representa la Vía Láctea, y las luces de las velas, estrellas. Que evocan esta singularidad entre el cielo y la tierra.
Se pone también el incienso de propio de México que vendría siendo el Copal. Es una resina con un perfume muy característico, a madera es un aroma muy de tierra.
Justamente los altares hacen convivir los elementos. Entonces el copal, la sal, vendrían siendo elementos de tierra.

El mismo Cempaxuchitl, que es esta flor típica de estos días, que se cultiva y se cosecha. Y también es muy vital, porque vendría recordarnos el Sol. Es un color amarillo intenso, casi naranja, que de alguna manera adorna los altares y los caminos.Los pétalos de Cempaxuchitl van haciendo los caminos en los cementerios.

También lleva muchas veces la botellita de alcohol, que no puede faltar. Tequila, o tepache, o mescal.
El tepache es una tradición prehispánica, que se ha visto que pues vendría siendo muy saludable, es un fermento de fruta, de la cáscara de la piña.
También lleva frutas, la ofrenda. Esto también le da un colorido muy vitamínico. Y lleva platillos en cazuelas de barro. Directamente, bueno lo que le gustaba comer al muertito, al difunto.
Entonces se hacen platillos muy elaborados…
¿Cómo se le llama al difunto?
Pues se le dice el muertito, el fallecido, el difunto y, bueno quien lo llama más familiarmente, por su nombre directamente.
Nos referimos al difunto como si estuviera vivo.
Y también se ponen calaveritas de azúcar las calaveritas son como cráneos hechos de azúcar y decorados con azúcar de color que las hacen muy bellas, efímeras también y llevan en un letrerito el nombre del difunto.

Esto ya no es prehispano, esto ya vendría siendo este sincretismo de lo que es el cráneo de jade o de obsidiana, que se encontrado en tumbas y que artesanos han reproducido con el azúcar.
Entonces son los cráneos de azúcar blanca y decorados con azúcar coloreada, y realmente son muy bonitos.
No te los puedes comer, porque aparte de que ya sabemos lo mal que va el azúcar, te empalaga. Es una azúcar refinada que realmente es más evocadora que para comer. Las que se comen ahora se hacen de chocolate.

También acompañan los jarritos de alfarería con el chocolate hecho con molinillo, para fundir el chocolate y espumar la leche. Para quién no lo conoce, es un artefacto de madera que tiene todo un diseño para justamente batir la leche. Y el chocolate de molinillo es aquel que se caracteriza por la espumita ¡Y es tan rico!
Hay el pan de muerto, qué es un pan de yema, que está perfumado con flor de azahar y en este caso también se ponen las ofrendas.
Y la flor de azahar, que tiene propiedades relajantes, quizás nos ayuda también a estar en esta fiesta, pues tranquilos. Que al final la vida y el tiempo no existen ¿no?
Todo es efímero.

Realmente son obras de arte los altares, porque conviven los elementos, más los artefactos que muchas veces ya están hechos para esta oda de celebración a la vida.
Luego también, en lo que es la cartonería popular, hay una familia que son los Linares que hacen unas calaveritas articuladas de cartón, pintadas con anilinas, que son colorantes súper intensos, también, que evocan a la vida.
Y comento de estos artesanos porque ellos tienen una pieza que incluso ha viajado a diferentes museos que es una calavera una huesuda, que le llaman, llena de elementos vegetales, de la que brotan cactus, flores, soles…
Entonces para mí esta pieza es una metáfora de lo que viene a ser el Día de Muertos en México, que es una oda a la vida.
Entonces bueno ¿qué mejor que ya que estamos, celebrar?!
La comida tradicional para los muertitos
Y también otro elemento importante en los altares del Día de Muertos, es la comida.
Se hacen verdaderos manjares de la gastronomía mexicana, muchas veces tiene que ver con el estado en el que se pone el altar. Por ejemplo hay el mole hay el pan, y se comprende que las ánimas vienen a tomar la esencia de estos platillos gustosos, que se hacen especialmente para ellos, y luego ya es una comida que, al día siguiente, la familia come y degusta. Pero dicen que ya no sabe tanto porque la esencia se ha ido con con los antepasados que ya no están.
Cuando celebras algo que tenías la costumbre de celebrar con alguien que ya no está, pues como que falta algo, algún ingrediente.
Incluso si a la persona le gustaba beber o fumar, también se pone una cajetilla de cigarros, o el tequila, o el mezcal, que son bebidas típicas de México, para alegrarles la fiesta. Para que se sientan a gusto.
La Catrina, un símbolo del día de muertos
Otro elemento, de la fiesta, la Catrina, qué es una bellísima creación de Guadalupe Posada, un grabador mexicano. o también huesuditas ahí recordándonos que siempre están conviviendo la vida y la muerte.
Al final, si. Los momentos pasan y hay que seguir viendo para adelante.
Yo siempre tenía la costumbre de invitar amigos alrededor de la mesa y hacíamos chocolate y cada invitado llevaba su calaverita de azúcar. También las hacen ahora de chocolate, para comerlas más rápido, porque tanta azúcar empalaga.
Calaveritas, rimas para la vida
Y hay también el arte escrito de las calaveritas. Esas son para los vivos.
Entonces hacen este juego de palabras para invitarte a vivir.
Hay expresiones como: «Ponte vivo para que la huesuda no venga y te pille desprevenido».
Hay también estás metáforas a la muerte. La huesuda, la catrina, la calaverita.
Hay un dulce que son los huesitos y también y en este pan de muerto, normalmente la forma es como el pan de payés, circular, pero arriba le ponen huesitos, que es la parte que todo el mundo pellizca, porque es un pan que encima lleva azúcar y normalmente como el relieve de estos huesitos es el que capta más azúcar, pues todo el mundo es el que se pilla y el ombliguito de en medio.
Pues bueno están los Elementos, que estábamos citando.
Ya citamos Elemento Tierra, el Elemento Aire a través de este humo blanco, divino que viene del copal, el Fuego, con las velas. Y el agua, se ponen también vasitos con agua.
Las comunicaciones también son Aire y hay las calaveritas de azúcar y las calaveritas que son poemas, o metáforas, literarias.
Las calaveritas se hacen tanto para los difuntos como para los vivos, retomando características o cualidades de la persona, tanto físicas como a nivel de su personalidad. Y es una invitación a vivir y tener humor, mucho humor, en esta fiesta de la muerte y la vida, en que siempre está conviviendo.
La actitud de la fiesta sería:
«Bueno disfrutemos, total nos vamos a morir igual ¿no?
¡Pues celebremos!
Disfrutemos de lo que hemos recibido de los que ya no están.
Disfrutemos con los que sí que están.
Disfrutemos de la vida, del tepache, de la comida, de los colores, de la naturaleza, de los elementos…
Es este juego de disfrute, de gozo y de, pues esta parte más visible, sutil e invisible danzando desde todas los dimensiones.
Se baila, hay música. Bueno, es una fiesta, realmente, de invitarnos a gozar.
Muchas veces también se pone la música que le gustaba la persona fallecida, que es una forma de conexión.
Está dedicada al recuerdo de las personas que ya no están. Es una fiesta de oda a la vida y recordar a los que no están y hacerlos vivir a través de este recuerdo.
Los «invocados» en la fiesta son familiares o buenos amigos y muchas veces si hay algún artista o algún poeta que haya muerto, también le hacen este hueco en el altar. Un espacio especial para alguien que haya dejado un eco, una huella en su vida.
Este recuerdo y reconocer que todos aprendemos de todos y nos inspiramos unos a otros. Esto se me hace muy bonito.
Porque, dentro de esta festividad y los rituales que la acompañan, se hace muy manifiesto todo aquello que cada uno tiene, lo que cada uno aporta.
Cuando se habla de las personas en las calaveritas, se habla de sus cualidades de su personalidad. Y todo el mundo puede reconocer que es lo que le está portando esa persona a su vida.
Y cuando se habla de los que fueron, también. El mundo puede reconocer y recordar que es lo que le ha portado esa persona. O incluso, quienes no lo conocieron, pueden llegar a conocerlo un poco ese día.