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7. La linfa y su función
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Hoy voy a hablarte de la linfa que es uno de los componentes del sistema linfático. Aunque ya introduje este sistema orgánico en el 5º episodio, dedicado a la fascia, considero importante seguir profundizando, y hablaré de él en más episodios, porque tiene mucha miga.

Para que te hagas una idea, te diré que es un sistema básico para que nuestro organismo pueda mantener las condiciones que son necesarias para la vida y que el sistema médico más antiguo que existe: la medicina Ayurveda, lo considera el Elixir de la vida, Elixir del rejuvenecimiento y de la juventud. Sin duda, cuanto más lo conozcamos mejor. Tengo un post que habla sobre la Ayurveda, tal vez te guste leerlo.

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Un breve repaso

A nuestro organismo se le llama sistema porque opera  y está conformado como tal.

Y un sistema es un conjunto de estructuras o componentes que comparten unas normas, reglas, principios, protocolos o medidas que le sirven para organizarse en el momento de llevar a cabo las acciones dirigidas a cumplir el propósito común.

Puede parecer un poco lioso pero en cuanto recuerdas que todo en este universo conocido tiene un comportamiento fractal, se hace muy sencillo de comprender.

¿Sabes lo que es un fractal, verdad?

Si no tienes la seguridad de saberlo, no te preocupes, le dedicaré un episodio a la fractalidad y entonces lo verás todo desde otra perspectiva.

Qué es la linfa

Pues veamos, la linfa no es más que el líquido intersticial en su viaje por el cuerpo. Si esta palabreja, líquido intersticial, es nueva para ti, te explico que este es el líquido en el que nadan las células de tu cuerpo.

Ilustración de los canales por donde fluye la linfa

Seguramente sabes que nuestro cuerpo es aproximadamente un 70% agua. Por eso no ha de sorprenderte saber que estamos compuestos de células que nadan, flotan, que viven en el agua. Estamos compuestos por células submarinas! xD. Por esto muchos autores atribuyen nuestros orígenes al fondo del mar, dicen que somos descendentes de organismos submarinos, y pienso que no les falta razón. Pero esto ya es harina de otro costal. Sigamos con lo nuestro!

Este líquido en el que nadan las células les sirve de fuente de alimentación y de baño. Es decir, se lavan en él. El líquido intersticial cuando ya es linfa, forma parte del sistema de limpieza de la célula.

La composición del líquido linfático

La composición de la linfa es muy parecida a la de la sangre, solo que con muchas menos moléculas proteícas y muchas más moléculas lipídicas, o sea de grasa. También se le atribuye una ausencia de glóbulos rojos (Hierro) y una mayor presencia de glóbulos blancos, o linfocitos. Esto sería así según la ciencia médica oficial.

Pero es que la linfa en realidad es sangre, en un estadio diferente al que tiene cuando la llamamos sangre, igual que es liquido intersticial en un estado diferente a cuando la llamamos líquido intersticial. No sé si me explico.

Quiero decir que se trata de un líquido que circula interminablemente por nuestro cuerpo y que cambia un poco sus características según es el requerimiento del tramo y la función que cumple en cada tramo. Y según esto, le van cambiando de nombre, pero es lo mismo, es el mismo líquido.

La verdadera diferencia que hay entre la linfa y la sangre radica en que su función es diferente y en consecuencia, su composición también:

Mientras la sangre transporta los nutrientes descompuestos en la digestión hasta la célula, la linfa se hace responsable de la recogida de la “basurilla” que excretan las células por los poros de sus membranas. Basura que es resultado de los procesos metabólicos celulares, o dicho de otro modo: la basura está compuesta por los residuos que se generan en los procesos que llevan a cabo las células para nutrirse, algo así como la digestión celular, que al nivel de la célula, se llama metabolismo.

Curiosamente hay procesos que suceden en nuestro cuerpo que tienen muy poca fama, no se habla prácticamente de ellos. Ahora me refiero a la digestión, que parece ser que es la única forma que tenemos de alimentarnos.

Sucede que de la digestión solamente se tiene en cuenta una de las partes del proceso, la otra se tiende a ignorar, como si no existiera.

Pero la parte conocida de la digestión: la ingestión y procesamiento de sustancias para que el organismo pueda aprovecharlas, está imprescindiblemente ligada a la otra: la preparación para la eliminación y la eliminación de los residuos que proceden y son excedentes de esa primera parte y del metabolismo celular.

Una parte no puede existir sin la otra y ambas son llevadas a cabo en su mayor parte por un mismo sistema: el digestivo.

Me sorprende como nuestra cultura mantiene separadas dos partes de un mismo proceso, cuando podríamos decir que se trata de un proceso sub-dividido en dos.

Es por lo menos curioso observar cómo han sido desvinculados. Tanto, que nadie en nuestra sociedad piensa que cagar sea parte de su proceso de alimentación, pero es así. En los últimos años han aparecido algunos autores que aportan luz sobre esto, en el pie de la página te dejo algunos libros que tratan sobre heces y/o defecación, acción orgánica muy importante para el mantenimiento del equilibrio y la salud: para el mantenimiento de la vida.

¡Ya me dirás! ¿que pasaría si no expulsáramos las heces que se forman en el final de nuestro intestino? ¿Te imaginas?

Parece que me estoy yendo por las ramas, pero no, no es así. Seguimos enfocados en el transporte de la linfa. Irás viendo porqué.

Pues a nivel de la célula, se llama metabolismo celular al proceso de nutrición. Y bueno, resulta que el metabolismo está compuesto por dos “fases”: el catabolismo y el anabolismo.

Resumiendo lo suficiente como para no liarte la cabeza, te diré que:

El catabolismo es la acción de destruir la sustancia para obtener moléculas simples que puedan ser gestionadas por la célula y, en teoría, poder obtener así la energía que necesita para vivir y cumplir sus funciones.

Y el anabolismo es la acción de regenerar y construir estructuras y procesos con la materia obtenida mediante el catabolismo.

Del proceso metabólico también se desprenden sustancias que el cuerpo no necesita y son expulsadas al exterior de la célula.

Y todo lo que la célula expulsa y no le sirve, lo deja ahí en el líquido en el que nada y del que se alimenta. La muy marranota caga donde come.

Pero el organismo forma un equipo de soporte mutuo de una precisión extraordinaria y cuando se le requiere, se pone a trabajar a tope para dar una respuesta, y no una cualquiera, si no que solo la más efectiva.

Entonces el propio movimiento del cuerpo, como ya vimos en el episodio 5, en que hablé sobre la fascia, genera un efecto de bombeo sobre ese líquido que hay en los espacios intersticiales impulsándolo para que fluya hacia los llamados órganos de eliminación.

Los órganos de eliminación van a poder llevar hacia afuera del cuerpo las toxinas expulsadas por la célula.

A partir de que el líquido amiótico, hay!… intersticial, abandona el entorno de la célula y se pone en movimiento, en cuanto comienza su viaje, ya deja de llamarse intesticial y pasa a llamarse linfa, pero como ya he adelantado, es el mismo y es el mismo que la sangre y que el líquido amiótico que se forma en el útero cuando éste gesta una nueva vida y que la leche materna. Se trata de líquido orgánico que tiene características y composición muy parecidas a las del agua del mar.

La composición del agua de mar es muy parecida a la de la linfa
Photo by Dan Grinwis on Unsplash

Cómo se relacionan con la linfa los órganos de eliminación

El sistema que contiene la linfa, el linfático, se comporta como las cloacas de una urbe: distribuye la linfa por el cuerpo y hacia los diferentes órganos que se encargarán de echar esa mierda fuera del cuerpo. En este mecanismo la linfa viene a ser como el agua que drena las tuberías que transportan los residuos desde las casas hasta las depuradoras. Y las depuradoras serían los órganos de eliminación.

Por este motivo la composición de la sangre y de la linfa son diferentes. La linfa transporta los desechos, la sangre los nutrientes.

Los órganos de eliminación, que tienen la importante función de expulsar los tóxicos a fuera del cuerpo son: el pulmón, el colon, el riñón y la piel.

Según lo que está documentado un pulmón sano puede expulsar hasta el 90% de los tóxicos que, en su mayoría, existen en nuestro cuerpo en forma de gas. Digamos que la responsabilidad natural del pulmón es la de absorber los nutrientes del aire (partículas volátiles) y expeler los gases tóxicos (ya hablaremos del pulmón can más profundidad), pero has de saber que todo lo que el pulmón puede expulsar hacia afuera del cuerpo, es puesto a su disposición por la linfa.

Aunque a veces este órgano ha de excederse en su funcionalidad y se ve en la “obligación” de expulsar sólidos mediante el moco (que también tendré que dedicar un episodio a esta sustancia que genera nuestro organismo: el moco), y expulsa moco porque el sistema linfático ha llegado a un cierto nivel de saturación. En óptimas condiciones, condiciones que hoy ya no se conocen, te aseguro que no lo haría.

La piel, si está sana y en condiciones, apoya al pulmón, porque la piel es el único órgano que tiene la funcionalidad de expulsar toxinas, que también le llegan transportadas por la linfa, en cualquier estado: líquido, sólido o gaseoso. El proceso de la piel se llama respiración cutánea, o nutrición cutánea y elimina mediante el sudor. También hablaremos más en profundidad de la piel, también.

El trato cultural que se está dando a la piel es del todo inadecuado y hay mucha desinformación sobre ella ¡así que tendremos que ponernos manos a la obra!.

Sigamos con cómo se relacionan los órganos de eliminación con la linfa:

El hígado procesa las grasas. Mediante la bilis las descompone para enviarlas a la linfa y oficialmente se considera que la linfa es la encargada de transportar las grasas (que se supone son nutrientes) para nutrir a las células. Aunque he de confesarte que es verdaderamente dudoso que el cuerpo necesite las grasas para nutrirse y también lo es que las transporte a la célula para su nutrición. En fin, que en este punto nos encontramos frente a una incoherencia del discurso médico, la verdad.

El caso es que el hígado vuelca el resultado de la descomposición de las grasas a la linfa, porque el hígado, si o si, descompone las grasas y además, si o si, las vuelca a la linfa, no a la sangre.

Después el colon es el encargado de deshacerse de los sólidos, que expulsa mediante la defecación.

Y por último, el riñón que es el órgano más delicado de todos, recibe lo que le la linfa transporta y que no ha sido filtrado por ninguno de sus predecesores compañeros y ha de filtrarlo para expulsarlo afuera del cuerpo por medio de la orina.

Cuando hablamos de desintoxicación, estamos hablando de este proceso, el del transporte de los tóxicos por parte de la linfa hacia los llamados órganos de eliminación y desde ellos hacia la expulsión de esos desechos afuera del cuerpo, que, aunque se obvie es la parte más importante.

Algo me dice que tu atención se ha quedado enganchada en la saturación del pulmón…

Te imagino preguntándote:

¿Qué he de hacer para no saturar al pulmón, para no acatarrarme?

Es lo que estoy intentando transmitirte, presta atención. Es importante entender el funcionamiento de la linfa para comprender qué nos enferma.

El transporte de la linfa

La linfa transporta porquería, para qué nos vamos a engañar, y esta porquería está en nuestro cuerpo. Eeecs!

En nuestro organismo se están dando multitud de muertes cada segundo y la linfa transporta los cadáveres. También transporta todas las sustancias que entran y que son reconocidas como “non gratas”, como son los metales pesados, las sustancias de síntesis químicas, los venenos naturales, los residuos producidos por los excesos a los que sometemos a nuestro cuerpo, microorganismos como bacterias, virus, hongos y levaduras, y se dice que transporta también los residuos resultantes de los procesos naturales del organismo.

el objetivo de la linfa es facilitar la expulsion de las toxinas
Photo by Mohamed Nohassi on Unsplash

Nuestros hábitos alimentarios por el hecho de que vivimos en sociedades extremadamente abundantes, favorecen muchos de los excesos que sobrecargan la linfa.

Las hormonas que se suministran como tratamiento en algunas “enfermedades”, o para la regulación de la natalidad, el control del parto, y algunos síntomas considerados patológicos.

Los medicamentos de síntesis química, no orgánicos.

La contaminación producida por los combustibles fósiles al ser liberados a la atmósfera contienen multitud de metales pesados que son tóxicos para nuestro organismo.

Los cosméticos y productos para la higiene contienen unas sustancias que se llaman disruptores endocrinos que alteran los ciclos hormonales de los seres vivos.

Todos ellos son reconocidos como una amenaza por nuestro cuerpo, por tanto necesita expulsarlos y la linfa es encargada de transportarlos hasta que sean expulsados. Es su cruz.

Y quiero añadir, como apunte (aunque ahora si me salgo del tema, un poquito) que estos tóxicos no solo afectan a las personas, si no también a los animales, las plantas y a la misma tierra y el agua, en un ciclo sin fin en que todo se contamina y auto contamina.

Son muchas las sustancias que van a parar a la linfa para que ésta las ponga a disposición de los órganos de eliminación y éstos los elimine del cuerpo. Y resulta que, nuestra forma de vida, provoca que cada vez sean más.

Y el mecanismo, o protocolo, que sirve a la función de la linfa tiene sus condiciones y sus limitaciones.

Verás, voy a hacerte un símil: Si a un arroyo le fueras tirando barro, en un principio el movimiento del agua iría llevándose el barro y el agua se mantendría cristalina, pero si siguieras tirándole barro en mayor cantidad de la que puede transportar, o si el agua que fluye encontrara un obstáculo, ésta se saturaría y se haría densa e incluso perdería su condición de agua, convirtiéndose en lodo, para más adelante, si la circunstancia no cambia, llegar a convertirse en barro o incluso, con mucho tiempo y las condiciones necesarias, en un pedregal (proceso de desertización).

Algo así es lo que pasa en tu cuerpo. A la linfa le va cayendo porquería y pierde su fluidez. Incluso si va muy cargada puede llegar a formar “diques” de materias que se van depositando a lo largo del recorrido en las paredes de los canales linfáticos, penetrando en los tejidos para ser acumuladas ahí.

Esto genera la grave condición de dejar dentro del cuerpo (acumuladas por los rincones, por decirlo de una manera gráfica y entendible) las sustancias que lo dañan y que previamente había seleccionado para expulsar.

Vamos que, por simplificar la explicación, es escoria que el cuerpo quisiera fuera, no dentro. Pero que no expulsa porque no puede, porque está saturado y los órganos de eliminación no dan a basto.

Ejemplos de esto son la práctica totalidad de los problemas de salud que se desencadenan en nuestro organismo: desde la celulítis, pasando por el edema, los constipados y gripes, el estreñimiento, las reacciones cutáneas, las disfunciones más o menos graves de los diversos órganos y tejidos…

Y bueno, por hoy ya está bien, creo que ya te he dado mucha información y no quiero saturarte, prefiero que asimiles bien lo que hemos visto en esta ratito y en un próximo episodio seguir hablando de estas condiciones. Prometo que será pronto, pero pausamos. Piano piano va lontano… No hay otra manera.

Lo que si que quisiera que viéramos hoy es cómo es el recorrido que hace la linfa dentro de tu organismo, para terminar con su presentación en sociedad ?.

El recorrido del líquido linfático en su viaje hacia el exterior

La linfa forma un circuito cerrado dentro de nuestro organismo y se va renovando mediante los líquidos que ingerimos o incorporamos a través de la piel y las mucosas y ayuda a esta renovación la eliminación del líquido a través de la orina y el sudor.

Aunque el circuito es infinito, en esta explicación le daremos un inicio que en realidad no existe como tal, el fluir de la linfa es cíclico y constante, no termina ni acaba en ningún sitio.

Para poder explicarlo empezaremos por la acción de “nutrirnos”. Hemos de tener en cuenta que nuestra alimentación puede ser sólida, o líquida, o gaseosa… O emocional, pero esa, en este episodio, la aparcaremos.

Lo que ingerimos es gestionado por los órganos específicos y la sangre recoge el resultado de los procesos que se dan en esos órganos (como el digestivo). O sea que las sustancias que son descompuestas por el estómago, el hígado, el bazo y el intestino delgado, son volcadas a la sangre. La sangre es la encargada de hacer llegar estos nutrientes a lo que se nos representa como unas hambrientas células.

Los órganos en nuestro cuerpo suelen ser multifuncionales: sirven a la digestión, como apoyo a lo que se llama “asimilación de nutrientes” y a la vez, también sirven al sistema depurativo.

Lo que hacen los órganos para depurar es básicamente filtrar, separar lo que es aprovechable por el organismo de lo que es escoria, y también descomponen en elementos más simples los ingredientes que hemos ingerido, para que puedan ser utilizados por las células, que solo aproechan moléculas extremadamente simples.

Como ya he adelantado, junto con los nutrientes ingresan al organismo una buena cantidad de materiales y sustancias tóxicas que acompañan a los alimentos en el proceso.

Si la escoria que transporta la linfa es demasiado abundante y los órganos encargados de limpiarla no pueden llegar a expulsarla del cuerpo, la suciedad permanece en la linfa y sigue su viaje hacia la sangre.

Cuantos más tóxicos transporta la linfa, más densa se torna y su flujo se torna más dificultoso. Esta condición genera inflamación corporal general, que se conoce como edema y es el primer aviso de que la linfa no está regenerándose como debiera.

Una de las mayores prioridades del organismo en su conjunto, es preservar la calidad de la sangre. Impide por todos los medios que la linfa devuelva los tóxicos a la sangre, que para los primeros observadores y padres de la medicina, era portadora de la vida.

Por suerte, si la linfa está demasiado sobrecargada, se ponen en marcha protocolos orgánicos específicos. Aunque ya de esto empezaremos a hablar en el próximo episodio. Ya sabes que no quiero calentarte demasiado la cabeza.

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Hasta aquí ha llegado el programa de hoy. Siento no poder aportarte muchas soluciones en este episodio. Soy consciente de que he abierto muchas inquietudes en ti hoy. Pero como he dicho, pronto seguiré con nuevos episodios en que podré empezar a aportar recursos que podemos poner en práctica para mejorar la delicada situación en que se encuentra nuestra salud.

Pero bien, si quieres hacer algo, te dejo una lista de “alimentos” que puedes disminuir en tu dieta y fíjate que recalco disminuir, que no eliminar ¿vale? Si forman parte de tu dieta, no los dejes, solo disminúyelos. Espero que pronto puedas  comprender porqué.

No hagas más, solo disminúyelos. No te obsesiones con desintoxicarte, por favor. Espera, porque que tengo mucha más información para ti.

Alimentos que puedes disminuir en tu dieta para facilitar la labor de la linfa

  • Carnes de todo tipo
  • Pescados
  • Mariscos
  • Pan, galletas, bollería y cereales en general (arroz, trigo, pasta, pitzza…)
  • Leche
  • Quesos curados o semi curados
  • Margarina, aceites hidrogenados y mantecas
  • Legumbres
  • Alcohol
  • Drogas
  • Y, sobre todo, medicamentos

Bueno, ahora si que ya me voy.

Que tengas muy buenos días y excelentes noches. ¡Hasta la próxima!

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