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143. Posibles causas de disforia de género

¿Qué es lo que hace que los jóvenes no encuentren su identidad sexual?
Vida en Salud
143. Posibles causas de disforia de género
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La tendencia a separar y aparcelar todo cuanto somos y nos rodea, además de ser una actitud inmadura, es en exceso tolerada, y hasta promovida, en la actualidad.

Desde esta actitud, la que se denomina “ciencia”, ha creado múltiples especializaciones que impiden ver, a cualquiera de sus adoctrinados, la relación de lo que se considera, estudia e investiga con su entorno más amplio… Incluso llegamos a olvidar, bajo esta mirada, que todos los acontecimientos y expresiones de la vida forman parte de un entorno mayor.

Y así nos enfrascamos en la búsqueda de la consecuencia última en el mismo hecho, en la misma expresión de esa misma criatura.

Las consecuencias que tiene esta forma de comprender la realidad para la propia vida, sobre todo la humana, hacen que el paradigma científico actual deje de ser un referente válido para interpretar lo que está sucediendo.

Como así es en la cuestión que vamos a abordar hoy en el podcast Vida En Salud.

Parece que se está extendiendo una pandemia mundial de trastornos de identidad de género en individuos cada vez más jóvenes y hay algunos aspectos relacionados con esto sobre los que siento es necesario llamar la atención:

  1. Tiene todas las características de una pandemia, más nadie lo considera como tal.
  2. La forma de abordarlo es internacional, se aplica igual en todos los países. Se ha creado un “protocolo” de actuación que se está extendiendo como si de una de sus virus se tratara.
  3. El protocolo aplicado, de forma general y sistemática, por todo tipo de “especialistas” supone grandísimos riesgos para la salud de quienes lo reciben.
  4. La supuesta eficacia del protocolo no tiene ninguna base científica creíble. Proviene de especulaciones y datos falseados obtenidos por un entomólogo que presentó un “estudio” formado por testimonios tomados en diversas cárceles americanas (“Informe Kinsey”) y un psicólogo degenerado (John Money), con tendencias sexuales tirando a perversas y una desmedida obsesión por demostrar, a cualquier precio, incluso moral o ético, que el sexo biológico estaba separado de la identidad sexual y que la identidad se podía manipular.

Más en este episodio no quiero hablarte del protocolo, no. Te recomiendo que busques información si es que te interesa, que la hay.

Hoy quiero abordar las posibles causas de esta pandemia mundial que afecta a los jóvenes nacidos, sobre todo, a partir de los 75 u 80 y que se manifiesta a cada vez más temprana edad.

Me parece básico abordar esto desde aquí.

Yo nací a principios de los 60 y en una ciudad española como es Barcelona, empezábamos a ver envases desechables que provenían de las máquinas envasadoras en tetrabrik. Este, junto con otros tipos de envases basados en derivados del petróleo (plásticos) empezaron a distribuirse como una alternativa “moderna” para servir todo tipo de alimentos, o productos que se venden y consumen como si fueran alimentos.

Desde entonces los plásticos han invadido las cadenas de distribución y podemos encontrar todo tipo de cosas hechas con este material, especialmente se usa como envase de cosas que se ingieren o se meten en el cuerpo, como productos sanitarios: los sueros, las jeringuillas para inyecciones, incluso la sangre para una transfusión…

La composición de los plásticos incluye unas substancias —como los bisfenoles, que alteran el comportamiento hormonal— llamadas disrruptores endocrinos.

En un principio se comercializaban los plásticos tal cual, más, con el tiempo, se pudo constatar que el contacto con estos plásticos produjo graves problemas de salud y se consideró que su composición era altamente tóxica para los seres vivos.

La rama de la industria alimentaria dedicada al envasado recibió múltiples denuncias y se empezó a regular su fabricación. En un principio fue prohibido el bisfenol A, más adelante el B, luego el C… y alguna otra substancia dañina de su composición. De ahí surge la nomenclatura que se usa para diferenciar plásticos “alimentarios” de otros. Se supone que los plásticos de uso alimentario, no contienen los bisfenoles que han sido prohibidos por ser reconocidamente tóxicos.

Los bisfenoles son una familia: está el A, el B, el C y muchos más. La madre de todos ellos es la codicia y la escasa moral de la actividad de la industria que comercializa procesados alimentarios. Comercian con venenos en toda su dimensión y en cualquier parte de la cadena procesadora que te fijes. La trampa con estos plásticos es que van prohibiendo uno u otro, más están presentes los otros, que son igualmente tóxicos.

El efecto que tienen, entre otros, es que alteran la producción y el equilibrio hormonal.

Imagina, por un momento, qué efecto puede tener esto en un cuerpo que se está formando…

Los niños nacidos en las últimas décadas se han formado y crecido en un ambiente plástico, lo miremos por dónde lo miremos. Algunos, cada vez un número mayor, tomaron biberón, chuparon chupetes de goma, comieron a diario bocatas, bollycaos y otros productos envueltos en plástico, comieron gominolas producidas con esas substancias… Las mamás comprábamos las frutas y las verduras y las transportábamos en bolsas de plástico, la carne, el pollo, el pescado, los cereales y las legumbres, etc. eran envueltos en plástico. Se sentaron en sillas plásticas y escribieron sobre mesas de plástico, jugaron con juguetes de plástico, chuparon plásticos, bebieron cocacola en botellas de plástico, etc. etc.

Debido a la intrínseca diversidad dentro de la especie humana, a cada uno le ha afectado esto de diferente manera, más es un factor importante de alteración hormonal.

Después de la “invasión de los plásticos”, la industria alimentaria, de nuevo ella, nos trajo otra excelente idea: ¡iban a empezar a modificar el ADN de las semillas para que fueran más resistentes a los venenos químicos que se les aplicaba durante el cultivo!

Más alteraciones para el sistema endocrino, más “locura hormonal” en la naturaleza.

Nuestro sistema interno está constantemente transformándose para adaptarse a los estímulos externos. Lo que llamamos homeostasis es eso: un motón de acciones se generan encadenándose para mantener un equilibrio en el cuerpo… ¡Constantemente! Sin parar. Cuando un proceso está aún por terminar, ya hay otro poniéndose en marcha.

En los últimos 100 años el ambiente de la tierra ha cambiado completamente y los cambios se han ido acelerando con el paso del tiempo. Los estímulos que han recibido durante la totalidad de su vida quienes ahora están cumpliendo los 90 son muy diferentes de los que han recibido los que están cumpliendo los 60, y lo son mucho más de quienes están cumpliendo los 40, o los 20… o…

Por lo tanto los cambios adaptativos que se han generado en el cuerpo de quienes tienen ahora 90 años son muy diferentes a los que se han dado en quienes cumplen los 20 ahora.

Al final, el ambiente en que han crecido estos chicos (y chicas), muy probablemente, ha formado un sistema hormonal totalmente diferente al que formamos sus padres y abuelos: ellos se han formado respondiendo a estímulos que nunca antes en la tierra se habían dado. Por lo tanto es de esperar que su experiencia vital sea otra diferente, muy diferente, a la que describe la vida, tal cómo les ha sido legada.

Por ejemplo, las canciones de amor, el cine, las series, incluso los cuentos infantiles, hablan de una forma de relación entre hombres y mujeres, de una atracción que implica emociones fuertes, que se apoderan completamente del ser.

No olvidemos que el sistema endocrino, las hormonas, y las emociones, gestionadas por el sistema nervioso, están profunda y especialmente relacionadas.

Todo lo que experimentamos está gestionado por el sistema nervioso, y este, a su vez, está regulado por las hormonas.

Entonces no tiene nada de extraño que en cuerpos cuyo sistema hormonal ha sido directamente intervenido por las características del ambiente que la “modernidad” ha generado, vivan experiencias completamente diferentes a las de sus antepasados.

Intuyo que este fenómeno de géneros en cuerpos equivocados no es más que una falta de identificación que va mucho más allá del género y tiene que ver con la forma en que se experimenta la energía sexual. Aunque podría decir “la forma en que se experimenta la energía” y punto. Porque al final, energía sólo hay una y en un estadio de su maduración, la experimentamos como energía sexual, en otro como emoción, en otro como pensamiento, en otro la experimentamos como acción, más es la misma cosa: energía.

Conozco a alguien que ha tomado un curso, subvencionado, creado para dominar todo este tema de las “alteraciones de género”. Un curso pensado en crear “expertos” en temas de género, vamos.

Me explicaba algunas definiciones que se han implementado identificativas del sentir de muchos de los integrantes de estas generaciones afectadas por la manipulación hormonal. Imposible para mi recordarlos todos, te dejo un enlace al tratado, más una de ellas me llamó poderosamente la atención: quien no se siente atraído por ninguno de los dos géneros…

¡Tiene una etiqueta que lo normaliza!

¡Quien no se siente atraído, en la adolescencia, ni por hombres, ni por mujeres, ni por nada, es alguien sin energía!

¿No lo ves?

Es alguien que, o está muy parasitado, o está desnutrido desde la infancia, o algo le pasa. ¡cualquier médico en el pasado, de cualquiera de las disciplinas médicas que ha tenido la humanidad, hubiera visto claramente esto!

Es, claramente, alguien que necesita ayuda: sus depósitos de energía vital están bajos en exceso.

Y esto te lo comento, además de porque me llamó mucho la atención, porque refleja el nivel de distopía e irrealidad de esta filosofía.

Mi intuición habla a gritos y me dice que tengo que transmitir, y difundir tanto como pueda, que quienes aceptan definirse como alguien de un sexo que no corresponde a su biología, sólo están buscando definirse, a secas.

Que no se encuentran en los estereotipos heredados y están buscando su identidad sexual que este mundo no puede darles, porque desconocemos cómo es. Han de encontrarla ellos. Tenéis que encontrarla vosotros. Sólo vosotros podéis definir vuestra identidad sexual, el resto sólo podemos acompañaros.

Y el experimento de aplicar peligrosísimos bloqueadores hormonales, hacer cirugías que amputan órganos sanos, y cambiar el nombre sólo va a producir mucho sufrimiento, porque no es una solución, sino parte del problema.

Todos durante la adolescencia, o incluso en la pre pubertad, hemos experimentado esa sensación de no encajar, de no encontrarnos, de no encontrar nuestro lugar, de no identificar qué nos está pasando, de no saber qué hacer con nosotros mismos.

Y nuestros padres, mejor o peor, pudieron acompañarnos, sino elpsicólogo, si no el tío o el primo, o el hermano mayor. Encontramos formas de serenar nuestro gran desconcierto.

Ahora, si me imagino en la situación de alguien que, además, está viviendo cosas que nunca antes nadie ha vivido. Alguien que no encuentra referentes, que no puede ser acompañado y, en cambio, está rodeado de consignas que le describen de una forma muy concreta…

¡Se va a agarrar a esa definición como a clavo ardiendo! Y se quemará.

Porque fíjate que existe un protocolo de actuación para estos casos. Hay un adoctrinamiento concreto para dar esperanza a quienes viven esta desesperación.

El protocolo es dictaminado por expertos que nada saben del mismo, que lo recomiendan sin profundizar en sus efectos, porque el organismo oficial de turno dictamina que es así, más desconocen sus terribles efectos secundarios, más no conocen a nadie que haya sido sometido durante años al tratamiento.

Y las respuestas están llegando.

Hombres y mujeres que ya han tenido oportunidad de saber cuáles son las consecuencias de este protocolo demencial están denunciando el infierno en el que viven.

Por favor. Seamos responsables y reconozcamos que estamos en una situación que no controlamos. Que no conocemos y que toca apoyar al los jóvenes que están en esta situación en que su organismo está respondiendo al estímulo de todos los tóxicos, más no para que cambien su sexo biológico, no para que se identifiquen con estereotipos creados por dementes perversos. No.

Hemos de apoyarlos para que generen la definición de sí mismos que les conecte con la realidad, con su única y exclusiva realidad.

Ya lo sé que es mucho más romántico pensar que eres una mujer en un cuerpo equivocado, que el proceso de reconocer que, en definitiva eres un organismo artificialmente modificado no va a ser fácil, más te llevará a la paz, a estar en coherencia contigo mismo o misme, como quieras. Muy al contrario que identificarte con un bodrio de definición producto de la ingeniería social, que te va a alejar tanto de ti, como de quienes te rodean.

La realidad de uno mismo sólo se puede encontrar abrazando las verdaderas circunstancias que cada uno de nosotros hemos vivido y que nos han configurado tal como somos.

Nada está bien o mal, no es bueno ni malo haber sido intervenido y tener que auto-reconocerse en e un aspecto tan íntimo como el que implica el sistema hormonal. Sencillamente es lo que es. Reconocerlo, aceptarlo e integrarlo como parte de nosotros mismos nos da la libertad de ser, con el tiempo nos lleva al gozo de aportar a nuestra comunidad algo propio y auténtico y descubrirnos día a día en nuestra verdadera esencia.

Estas son las cosas de la vida que nos van a aportar plenitud, identificarte con un género pre-definido por enfermos mentales, es más fácil, si. Más jamás te dirigirá a una experiencia de vida plena, gozosa y satisfactoria.

Y bueno, ahí lo dejo, para la reflexión. Con todo mi ánimo de aportar una reflexión propia que me parece de mucha más calidad que lo que está corriendo por ahí.

Ojalá que llegue a muchos que están necesitando una base filosófica para empezar a crecer en el auto-reconocimiento hacia el encuentro del propio valor.

Gracias por escuchar, y por leer.

Un abrazo.
Diana ~

Enlaces sobre la identidad sexual y orientación

La web de plannedparenthood, dónde encuentras multitud de artículos que adoctrinan y dan orientación sobre identidad sexual e identidad sexual.

Se da la sincronía de que, el mismo día que publico este episodio, se publica en el diario online Dailymail, la historia de cómo el psicólogo John Money llegó a ser el líder ideológico del concepto “identidad de género” que sirve como base al movimiento transgénero, que viene siendo impuesto en la actualidad.

En el enlace arriba puedes acceder al artículo y leer la terrorífica historia, si te interesa. Aunque ya te adelanto que es más de lo mismo: un degenerado obsesionado con una perversión mental que hace lo posible para crear las condiciones que pueden parecerse a lo que él quiere que sea la realidad. Como sucedió con Luis Pasteur y su teoría del origen microbiano de la enfermedad, o con la farsa del calentamiento global, rebautizado como cambio climático por no poder continuar sosteniendoo como calentamiento…

También te recomiendo que repases el Episodio 141 del podcast Vida en salud sobre la formación de la identidad que publiqué en el mes de abril, complementa bien lo que comentamos aquí hoy.

Conclusiones

¡En fin! Que idos de la olla ha habido y va a haber siempre. El peligro está en que lleguen a convencer al resto de que sus delirios son una realidad. Y esto sólo puede llegar a ser así si “el resto” somos lo suficientemente ignorantes, tenemos la suficiente falta de auto apreciación y de amor propio como para llegar a creerles.

Más esto de que los flecos sueltos vayan saliendo a la luz parece una buena señal ¿no te parece? ¡A mi me da buen rollo!

Más lo más importante ahora, creo yo, es que quienes están sufriendo las consecuencias de toda esta locura puedan identificar con certeza qué está pasando, en ellos y en su entorno. El primer paso hacia la resolución de un problema es localizar su origen, luego los acontecimientos se van encadenando hacia la claridad, el equilibrio. Comprender qué nos está pasando nos acerca a comprender para qué nos está pasando y la sanación está ahí, en ese comprender “para qué”.

Es por eso que te estoy pidiendo que compartas para que llegue a tantos como pueda llegar. Tal vez tu no conoces a nadie que esté viviendo esta situación, más es probable que algún conocido o contacto tuyo, sí conozca a alguien que esté necesitando esta información.

Enfrentarse a la verdad puede ser doloroso, más duele sólo una vez y afrontándola puedes evitar que tenga consecuencias mayores. Si no la encarar por miedo a sufrir, estás dejando la puerta abierta para que eso que te causa sufrimiento corra a sus anchas destrozando todo lo que encuentre de tu vida a su paso, cronificando el sufrimiento.

A veces, la compasión muy mal entendida, nos impulsa a proteger a quienes amamos del sufrimiento, y hacemos lo posible para alejarlo de la causa. No es una buena idea dejar ese monstruo sin vigilancia. Puede hacer verdaderos estragos.

Insisto, y nunca lo suficiente, porque hay un acuerdo social que facilita esta forma de actuar. Está muy normalizado no hablarle a una viuda de la muerte de su esposo, a un enfermo diagnosticado de una enfermedad terminal de su estado, a una mujer madre de un niño autista de la condición de su hijo…

No está bien proceder así. No ayuda a mejorar la vida de nadie, al contrario. Una mujer que es inconsciente a las necesidades de su hijo, vivirá sufriendo. El dolor de la pérdida es mucho mayor si no es compartido, tememos a la muerte porque nos es desconocida, si hablamos de ella nos podemos acercar a conocerla, y conociéndola el miedo desaparece.

A un adolescente le puede sentar mal la idea de que ha sido intervenido en su biología, más en esa dura realidad encontrará respuestas que no puede encontrar en ningún otro lugar. Respuestas que le acerquen a comprenderse a sí mismo, a llevarse mejor consigo y, en consecuencia, con los demás. Es un buen trueque, al final.

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